sábado, 30 de agosto de 2008

viernes, 29 de agosto de 2008

Cine "de adultos" 60s & 70s.


Una muestra de carteles de películas de los años 60 y 70 en la época dorada del entonces llamado "cine para adultos", lo que hoy en día conocemos como porno.

Posters excelentes, muy trabajados en el aspecto visual. algunos inspirados en el arte pop que hacía furor en aquello remotos tiempos, otros muy en la onda pin-up, pero todos ellos buenísimos.
































miércoles, 27 de agosto de 2008

Corazón salvaje.




- Pareces un capullo con esa chaqueta.

- Es de piel de serpiente, y para mí es un símbolo de mi individualidad y de mi fé en la libertad personal.

martes, 26 de agosto de 2008

El lado oscuro del corazón (VI)


Es importante hacerlo

quiero que me relates
tu último optimismo
yo te ofrezco mi última
confianza

aunque sea un trueque
mínimo

debemos cotejarnos
estás sóla
estoy sólo
por algo somos prójimos

la soledad también
puede ser una llama.


Mario Benedetti

El lado oscuro del corazón (V)



Táctica y estrategia

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos.

Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos.

Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos

no haya telón
ni abismos.

Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.

Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.



Mario Benedetti

El lado oscuro del corazón (IV)

Rostro de vos

Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.

Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor.

Sin temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.

Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición.

Mis huéspedes concurren
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.

Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada.

Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.

Ya mi rostro de vos
cierra los ojos
y es una soledad
tan desolada.


(MARIO BENEDETTI)

El lado oscuro del corazón (III)

NO TE SALVES

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves

no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.



(Mario Benedetti)

El lado oscuro del corazón (II)

Llorar a lágrima viva
Llorar a chorros.

Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas, las compuertas del llanto.

Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.

Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...si es verdad que los cacuyes y los cocodrilos no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.

Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.

Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria

¡Llorar todo el insomnio y todo el día!


Oliverio Girondo

El lado oscuro del corazón (I)


No sé, me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar pierden el tiempo conmigo.


Oliverio Girondo

Jean Peters. Los caballeros las prefieren morenas, o, Cómo casarse con un multimillonario ... y casi ni verlo.











viernes, 22 de agosto de 2008

El ocaso del samurai (Yoji Yamada, 2002)



"El estilo de los samurais ha muerto" dice en un momento clave el protagonista de la película y con esta frase se resume el espíritu desmitificador, meláncolico y antiheroico de "El ocaso del samurai", más cercana al Clint Eastwood de "Sin perdón" que a los héroes de Akira Kurosawa.

Seiben Iguchi ha vivido en el pasado de la violencia, y ahora, viudo, con dos hijas pequeñas y una madre demente a su cargo, debe trabajar para su señor en un humilde empleo, pero se ve abocado a una violencia que rehuye y que le persigue como una sombra del pasado y le obliga por sus circunstancias a volver a la lucha.

Yamada describe a Iguchi con una gran ternura y cercanía e introduce el tema del amor con el personaje de Tomoe, amiga de la infancia y que acaba de divorciarse, de la que el protagonista se enamorará, lo cual desembocará en otro enfrentamiento violento.

Por mucho que intente rehuirla, el ajado samurai deberá afrontar la violencia cara a cara, pero en ella no hay ningún rasgo de grandeza o heroicidad, tan sólo la dignidad de la persona que trata de subsistir en paz consigo mismo y con los demás. Yamada respeta ciertas convenciones del género, pero la película acaba convirtiéndose en un canto fúnebre sobre una especie en extinción : el samurai tal como lo entendieron los clásicos.

Caótica Ana















¿Quién nos lee?

Leído en ... http://cine.blogspot.com/




Babelia: ¿Cómo caracterizaría la sociedad actual, la de la cultura de masas?Boris Groys: Estamos en la época de la cultura del espectáculo. Lo que está cambiando es que ahora todo el mundo quiere ser protagonista, todos quieren mostrar lo que saben hacer, y de paso tener éxito. Ahí están MySpace o YouTube: todos quieren expresarse, todos son artistas. Con lo que hay un nuevo problema: ¿quién es el espectador? Guy Debord, el analista más lúcido de la cultura del espectáculo, se suicidó. El último espectador atento se suicidó. Así que hablamos, pero no sabemos quién está escuchando, escribimos y no sabemos si hay alguien que lee. Para que haya espectáculo tiene que haber espectadores. Así que todos esos afanes de proyectarse, de crear espectáculo, se sostienen en una hipótesis imaginaria: que hay alguien ahí.El País. Babelia. Hoy.¿Quién nos lee si ya no quedan lectores? ¿Que hacer en un mundo de tenores y vedettes? Hace siglos que nadie escribe algo en mis comentarios si no es para mostrarme su propio blog. Todos son amables, lo agradezco, pero nadie sabe que elogiar, porque nadie tiene tiempo de leer. Todos, hoy, somos Zola y Flaubert. Nunca fue tan fácil publicar, nunca fue tan raro encontrar un lector. Habrá que acostumbrarse a los nuevos tiempos. Yo por mi parte, este verano estoy leyendo sin cesar. También leo blogs. Empiezo a sentirme raro, leyendo a otro en vez de publicar, escribir, ser yo el tenor. Les invito a un ejercicio parecido.

JUDE LAW, ¡qué guapo eres!
















miércoles, 20 de agosto de 2008

Ficción (Cesc Gay, 2005)


Ficción trata sobre personas que viven en pareja y tienen una familia, de lo que se pierde a medida que pasa el tiempo y cumplimos años, de lo que vamos dejando en el camino, de lo que no seremos, porque ya vamos en otra dirección, y no hay vuelta atrás.
Ficción trata de cuando nos preguntamos ¿es realmente esta vida la que yo quiero?. Película hecha de silencios y miradas, de renuncias a vivir otras vidas, de emociones contenidas, siempre dispuestas a derramarse, pero finalmente congeladas.

El cartel de la película es de una de sus últimas escenas, quizás la más crucial: dos rostros que al fin se dicen algo que sale de dentro. Dos personajes en off visual, una mano de hombre, el rostro recortado de una mujer de la que no vemos sus ojos (miradas) ni su boca (silencios).

El verano se desliza lentamente por las cumbres del Pirineo de Lleida. Llegarà el otoño y de nuevo En la ciudad Alex y Mónica volverán a sus rutinas y aquellos 10 días en la montaña catalana sólo serán un recuerdo de otras vidas que no se vivieron.

lunes, 18 de agosto de 2008

Ese lunar en el cuello. Portraits of Juliette Binoche



































































Trece rosas de Francia (II) : JULIETTE BINOCHE (1964 París)




Prototipo de actriz total, entregada en cuerpo y alma en proyectos en los que cree y se involucra hasta el fondo, una mujer que bucea sin cesar en los misterios de sus personajes hasta sacar a la luz su verdad.
Hija de un escultor y una actriz, empieza en el teatro y va entrando poco a poco en el mundo del cine con pequeños papeles, hasta consagrarse como actriz en Francia con el drama Rendez-vous (1985) de André Techiné.
Después comenzaría su relación tanto artística como sentimental con el "enfant terrible" del cine galo Leos Carax, hoy misteriosamente desaparecido en combate. Fue con Malasangre (Mauvais sang) (1986). En 1988 se da a conocer fuera de su país con La insoportable levedad del ser basada en la novela de Milan Kundera, donde interpretaba a Tereza una joven checa que hace caer en las redes del amor a un empedernido mujeriego que trabaja como cirujano en un hospital en los tormentosos días de las Primavera de Praga. Su personaje destaca por esa encantadora ambivalencia inocencia/carnalidad en una película que no acaba de cuajar todo lo que promete.











En 1991 estrena "Les amants de Pont-Neuf", una película que se empezó en 1988, pero que debido a retrasos y problemas derivados en parte de la megalomanía de su realizador Leos Carax, sólo pudo estrenarse 3 años después. Aquí la Binoche es una mujer aquejada de una enfermedad que le produce ceguera y que se sumerge en una relación complicada, una historia de amour fou con un homeless en el marco del Pont-Neuf de Paris cerrado al tráfico por obras. Dos seres marginados que poco a poco van encontrando su lugar en el mundo hasta un final en el Sena a bordo de una barcaza, todo un homenaje a "L'Atalante" de Jean Vigo.











En Herida (1992) de Louis Malle, interpreta a Anna, mujer que mantiene una apasionada relación con el padre de su novio (interpretado por Jeremy Irons), de profesión ministro. La película mantiene el aspecto en principio frío y equilibrado de sus protagonistas, pero va derivando hacia un melodrama de enorme intensidad, dominado por la fatalidad, pleno de pasión furiosa y erotismo descarnado. Juliette Binoche transmite esa ebullición interior sólo con su presencia (su pelo negro corto peinado a lo garçon) y elabora un personaje de esos que no se olvidan.




1993 es el año de Azul, primer eslabón en la trilogía de los colores del polaco Kieslowski. Juliette es Julie, mujer destrozada por la muerte en accidente de tráfico de esposo e hijo, que intenta recomponer su vida. Un rostro que te deja cautivado (es una de las actrices que mejor soportan los primerísimos planos en el cine actual) durante toda la película, una interpretación atemperada, sincera, que nos hace literalmente sentir el personaje. Con Azul empiezan a caer los premios: gana el César a la mejor actriz francesa y la Copa Volpi a la interpretación femenina en el Festival de Venecia.






En esta época queda embarazada y no reaparece hasta 1995 con El húsar en el tejado (Jean-Paul Rappeneau) ambientada en 1860 donde interpreta a una dama en busca de su desaparecido marido en unas tierras asoladas por la peste, con la ayuda de un joven oficial italiano (Olivier Martinez, su pareja entre1994 y 1997)



Muchos directores han contado con Juliette Binoche para expresar el dolor, pero en ella hay mucho más. Hay una ligereza en su sonrisa un tanto infantil que nos desarma, una alegría de vivir que nos contagia. Algo de eso vio en ella Chantal Ackerman al darle el protagonismo junto a William Hurt en la incomprendida comedia Romance en Nueva York.


Pero no sólo está hecha para sufrir el dolor sino también para calmar el sufrimiento como lo vió Anthony Minghella en El paciente inglés (1996) donde interpreta a Hana, una vitalista enfermera que cuida a un misterioso oficial quemado y amnésico.

Con ella gana el Oscar a la mejor actriz secundaria y el Oso de Oro del Festival de Berlín.

En Alice et Martin (1998) drama de André Techiné, es una mujer que trata de recomponer un amor herido, junto al mar. En el drama romántico Les enfants du siècle trabaja con Benoit Magimel, que será su pareja entre 1999 y 2003 y con quien tiene una hija.
Su primera película del siglo XXI es La viuda de Saint-Pierre de Patrice Leconte donde demuestra lo bien que le sientan los trajes de época. Es su primera colaboración con otro grande de la escena francesa, Daniel Auteuil. Emir Kusturica tiene un importante papel como desencadenante de la trama.




Con Michael Haneke a la dirección de Código desconocido (2000) la Binoche comparte protagonismo en esta obra coral, con una decena de personajes, en la que el azar se convierte en motor de la narración. El director austríaco hace uso del plano secuencia como herramienta de análisis de una sociedad, la nuestra, y una época, tan llena de contradicciones e incomunicación.

Vuelve a ser candidata al Oscar, que no gana, con Chocolat (2000) comedia romántica dulce, tirando a empalagosa, del director sueco afincado en Hollywood Lasse Hallström. En 2002 estrena la muy francesa comedia Jet lag y en 2004 In my country de John Boorman sobre los hechos ocurridos tras la llegada al poder de Nelson Mandela en la Sudáfrica de 1995. Repite con Michael Haneke y con Daniel Auteuil en Caché (2005) aunque aquí el misterio Binoche se nos aparece algo diluido.

Vueve a ponerse a las órdenes de Anthony Minghella en Breaking and entering en la que interpreta a una refugiada bosnia en Londres con hijo adolescente que tiene una relación con un arquitecto casado (Jude Law) cuyo despacho ha sido asaltado por el citado hijo.



La última vez que la he visto en la pantalla es en uno de los episodios de Paris je t'aime, dirigido por Nobuhiro Suwa. Es una mujer que despierta en la noche al oir el llanto de su hijo fallecido recientemente. Sale a la calle y llega a la plaza donde perdió la vida. Allí un extraño cowboy (Willem Dafoe) le permite un último momento con su hijo haste desaparecer para siempre.. Este segmento es para mí lo mejor en este irregular film colectivo, ayudado por la emocionante interpretación de Juliette Binoche.
Su última película acabada la ha dirigido en París Hou Hsiao-Hsien. Con el pelo teñido de rubia y narrando un espectáculo de marionetas la Binoche está radiante en Le voyage du ballon rouge. Dice que con Hou ha asumido el riesgo de la libertad. Pero no parece que el riesgo y la libertad le hayan sido nunca ajenos.

martes, 12 de agosto de 2008

Su amor no era sencillo




Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse. En realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales.

(MARIO BENEDETTI)