jueves, 27 de noviembre de 2008

Los profesionales (Richard Brooks, 1966)


Jack Palance: Supongo que sabes que uno de los dos va a morir. Es posible que los dos. Morir por dinero es una estupidez.
Burt Lancaster: Y morir por una mujer aún lo es más. Sea la que sea, incluso ella.
Jack Palance: ¿Cuanto tiempo vas a retenernos?
Burt Lancaster: Un par de horas. Y lo que pase aquí ya no importará. Ella volverá a ser la señora Grant.
Jack Palance: Pero eso no cambiará nada. Ella es mi mujer. Antes, ahora y siempre.
Burt Lancaster: Nada es para siempre, escepto la muerte. Pregúntale a Fierro, a Francisco, a los del cementerio de los hombres sin nombre.
Jack Palance: Todos murieron por un ideal.
Burt Lancaster: ¿La Revolución? Cuando se acaba el tiroteo y se entierra a los muertos, llegan los políticos y se convierte en una causa perdida.
Jack Palance: Así que ... tú quieres la perfección o nada. Eres demasiado romántico, compadre. La Revolución es como una bella historia de amor. Al principio ella es una diosa, una causa pura. Pero todos los amores tienen un terrible enemigo.
Burt Lancaster: El tiempo.
Jack Palance: Nosotros la vemos tal como es. La Revolución no es una diosa sino una mujerzuela. Nunca ha sido para mí santa ni perfecta. Por eso huimos, y encontramos otro amor, otra causa. Asuntos rápidos y sórdidos. Lujuria, pero no amor. Pasión pero sin compasión. Y sin amor ... sin una causa , no somos nada. Nos quedamos porque tenemos fé. Nos marchamos porque nos desengañamos. Volvemos porque nos sentimos perdidos. Morimos porque es inevitable.

1 comentario:

David dijo...

excepto la muerte... y fe no tiene acento.
Pero sí. Estupendos diálogos.
Otro saludo.