sábado, 1 de mayo de 2010

Charlotte Rampling, mirada de gata.



Como Jane Birkin, Jacqueline Bisset y Kristin Scott-Thomas, Charlotte Rampling es una inglesa que vive en Francia y a la que los franceses consideran como suya. De hecho le concedieron hace pocos años un Cesar de honor por toda su carrera.
Sin haber cumplido los 20 años comenzó a posar como modelo. Poco después se introdujo en el cine con El knack ... y como conseguirlo (Richard Lester, 1965). Su presencia enigmática y una distinción intemporal hicieron de ella una de las mujeres más fascinantes que poblaron el cine de los 70. Una figura alta y delgada, de angulosas facciones, en un rostro magnético, que se asoció a personajes turbadores a los que daba prestancia con su personal voz ronca.



Se dió a conocer con su papel de chica sexualmente liberada en el swinging London de los 60 en Georgy Girl, aquí titulada ¡¡¡La soltera retozona!!! (1966). Su belleza ambigua sintonizó con la estética decadentista de Lucchino Visconti que le dió el papel de una joven aristocrata en La caida de los dioses (1969). Actúa en esta época en películas muy variadas tanto en Europa como en Estados Unidos, pero sin duda, la más popular fué Portero de noche (Liliana Cavani, 1974), en la que su cuerpo delgado, su pelo corto y turbia mirada, su gorra de oficial nazi y sus tirantes, hacen de ella todo un icono sexual.


Fue una genuina femme fatale en el noir revisitado Adiós muñeca (Dick Richards, 1975) junto a Robert Mitchum. Rodó en México Foxtrot (1975) para Arturo Ripstein. En 1980 protagoniza Recuerdos (Stardust Memories) dirigida por Woody Allen, de quien guarda un gran recuerdo, además de considerarle una gran influencia en su vida. En Veredicto final (Sidney Lumet, 1982), al lado de Paul Newman, interpretaba a una mujer oscura y solitaria. El japonés Nagisha Oshima le hizo enamorarse de un gorila en la excéntrica Max, mon amour (1986) y Alan Parker recuperó su magnetismo para El corazón del ángel (1987).

En la década de los 90 se le pierde la pista. Su cartel merma con productos sin éxito que la mantienes a ráfagas en el cine mientras intenta superar una fuerte depresión tras la muerte de la mayor de sus cuatro hijos. Pero a partir del año 2000, con Bajo la arena de François Ozon, vuelve con fuerza al cine europeo. En ella interpreta a una mujer cuyo marido desaparece un día en la playa sin dejar rastro. En 2002 vuelve a mostrar su lado más sensual y misterioso en la estupenda Swimming Pool, otra vez con la dirección de François Ozon. A las órdenes de Gianni Amelio rueda la muy interesante Las llaves de casa (2004) y dirigida por Laurent Cantet, Hacia el Sur (2005) en la que está espléndida en el papel de una mujer madura que viaja a Haití de vacaciones en busca de relaciones con jóvenes.
Todavía no se ha estrenado aqui Life During Wartime (2009) de Todd Solondz, y la Rampling está en el nuevo proyecto de Lars Von Trier Planet Melancholia, que está pensado que se estrene en Cannes 2011.




Dice Charlotte Rampling que a estas alturas de su filmografía y de su vida sólo le interesan proyectos en los que se implique emocionalmente, papeles que le enriquezcan y le sean cercanos.


1 comentario:

David dijo...

Cuántas me faltan por ver de la filmografía de esta mujer. Y la que más echo en falta es la que hizo con Woody (de la que sólo vi una escena hace ya más de quince o veinte años que me pareció buenísima, pero que aún no he podido ver!!!).
Lo de que se te muera un hijo es muy fuerte.
Las fotos son bonitas (tal vez la primera y la última sean las que más me gustan).
Un saludo.