Después del desaguisado perpetrado por la Metro Goldwyn Mayer con el montaje final de Pat Garrett y Billy the Kid, Sam Peckimpah opta por producir él mismo, apoyado por sus colegas Martin Baum y Helmut Dantine, su siguiente película. Es la historia de un antihéroe viejo y cansado que se sumerge en una lucha suicida de una forma individualista y romántica. Todo cuanto le rodea está teñido de odios, traición, ambiciones y ... muerte. El único atisbo de bondad, la última oportunidad, está representada por Elita, interpretada por la actriz mexicana Isela Vega. La misma ambientación del film resulta deprimente: calor pegajoso, polvorientas carreteras, moscas zumbando alrededor de la cabeza putrefacta, sórdidas habitaciones en lúgubres puebluchos ...
Es la última película personal y hecha con una cierta libertad por Sam Peckimpah, un cineasta que estimaba México más que su propio país. Allí pasaba largas temporadas y allí rodó gran parte de su cine. Esta vez contó con uno de sus mejores amigos, Warren Oates, uno de los actores en quien más confiaba, que interpreta magníficamente a Bennie, un desarraigado que vive de pequeños encargos y gasta su dinero bebiendo whisky y tocando el piano en tugurios de mala muerte. El protagonista entra en contacto con unos lacónicos gangsters que le ofrecen una recompensa por liquidar a Alfredo García y ofrecerles su cabeza como prueba. Los gangsters han sido contratados por un terrateniente mejicano (interpretado por el director Emilio "Indio" Fernández, amigo personal de Peckimpah). La razón es bien simple: Alfredo García, un joven del pueblo, ha dejado embarazada a su hija. Todo ello no es más que la excusa argumental para iniciar un viaje sin retorno hacia la locura y la barbarie, un descenso a los infiernos salpicado de violencia made in Peckimpah, coreografías de la muerte al estilo del realizador de Grupo Salvaje. Poco a poco la película va construyendo una atmósfera demencial que va envolviendo pausadamente tanto al protagonista como a los espectadores. A ello contribuye los monólogos que se marca un desquiciado Warren Oates ante su compañero de viaje, la impávida cabeza de Alfredo García. A escenas de un lirismo casi bucólico -momentos reposados en los que Warren Oates e Isela Vega hacen planes mientras cruzan un México ancestral y oscuro- le suceden explosiones de violencia seca y crispada.
Estamos ante una película desesperada filmada por un cinesta consciente de que su tiempo en Hollywood ha finalizado. Así, como si fuera uno de los protagonistas de sus westerns crepusculares, Peckimpah asume hasta el fondo su condición de outsider en el tono extremo y suicida de este film crispado, violento, pero también romántico y lírico.
4 comentarios:
No sé. La vi hace tantos años. Y la verdad es que no tengo ganas de repetir. La recuerdo y no con grato recuerdo.
Las que me siguen pareciendo maravillosas son Duelo en Alta Sierra y Grupo Salvaje.
Un saludo.
Me encanta. Tiene un final muy del estilo de Grupo Salvaje. Y ese personaje que hace Warren Oates, que se descompone de la misma forma que la cabeza del título.
Si no la has visto te recomiendo otra que se le parece: Los Tres entierros de Melquiades Estrada, de Tommy Lee Jones, mucho más moderna, pero igual de buena.
Buenísima película Los tres entierros de Melquiades Estrada. La recordé mientras veía la de Peckimpah, con un gran Tommy Lee Jones.
Me gusta lo de que el personaje de Warren Oates se descompone de la misma forma que la cabeza.
Saludos
Tampoco me gustó la de Tommy Lee Jones (que se me hizo muy pesada, a pesar de que tenía algún detalle majo y él estaba muy bien).
De hecho, fui a ver el "remake" apócrifo de Aquí un amigo: Matador (con Pierce Brosnan y Greg Kinnear) el mismo día para quitarme el mal sabor de boca.. y me pareció una película mucho más entretenida.
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