Su cabello rojizo, su rostro pecoso y esa expresión que parece a la vez ausente y pasional, son el sello personal de una actriz que comenzó estudiando en el Conservatorio de Arte Dramático y se puso ante las cámaras siendo muy joven. Se benefició del éxito de Los rompepelotas (Bertrand Blier, 1974) y en 1975 fue proclamada promesa del año del cine francés por El juez y el asesino (Bertrand Tavernier, 1975). Dos intervenciones en papeles dramáticos en los siguientes años la colocaron en la primera línea del cine galo. En La encajera (Claude Goretta, 1977), era una heroína trágica, atrapada entre la tradición y la modernidad. En Prostituta de día, señorita de noche (1978) inicia su prolongada y fructífera colaboración con su cómplice Claude Chabrol. Comienza la década de los 80 con Loulou de Maurice Pialat y marchándose a América para integrar el elenco de La puerta del cielo (Michael Cimino). A partir de aquí y hasta ahora, su inagotable energía le hace encadenar un proyecto tras otro sin tener casi ni un instante de descanso, demostrando a lo largo de más de 50 películas su capacidad para hacer frente a los personajes más complejos.
Ha representado la frialdad y la hipocresía de esa burguesía de provincias en la que tanto le gusta hurgar a Claude Chabrol. Pero ha estado estupenda también en la piel de mujeres trabajadoras o de heroínas de época. Quizá le falte aptitudes para la comedia, pero eso aún está por ver.
Bajo una imagen de dureza, frialdad en los gestos, mezcla de fragilidad y calculada fuerza, parece esconder tormentas interiores que ella, cual iceberg, deja aflorar superficialmente con una fina mueca, una mirada furtiva o un gesto aparentemente insignificante. Con Chabrol ha plasmado de manera magistral esa ambigüedad típica de sus personajes, prisioneros entre las apariencias y la abyección. En papeles como La ceremonia (Claude Chabrol, 1995) o La pianista (Michael Haneke, 2001), funciona a la perfección interpretando a mujeres de doble vida a las que nunca llegamos a conocer del todo. Ultimamente parece especializarse en papeles de madres fuertes, luchadoras, que se encuentran muy unidas a sus hijos, en títulos como Ma mère (Christophe Honoré, 2004), Propiedad privada (Joachim Lafosse, 2006), L'amour caché (Alessandro Capone, 2007), Home (Ursula Meier, 2008), Un barrage contre le Pacifique (Rithy Panh, 2008), White Material (Claire Denis, 2009). Lo más reciente estrenado en España es Villa Amalia su quinta película bajo la dirección de Benoit Jacquot, una cinta que ha recibido críticas dispares.
2 comentarios:
Pues con todas las que ha hecho, debo confesar que he visto poquísimas suyas (Chabrol es un "ya va siendo hora" de mi lista...pero antes hay otros que me interesan más y están en la lista desde hace más tiempo).
Un saludo
Extraordinaria actriz. Haneke y Chabrol le sacaron el jugo. Cimino dijo que era la mejor actriz y la más culta que había dirigido.
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