lunes, 3 de enero de 2011

Borden Chase, un guionista que nació con el siglo.

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En la obra del guionista Borden Chase está presente la épica de la colonización, el Bien y el Mal enfrentándose en una sociedad de pioneros pero también en el propio interior de sus torturados héroes. Se le tiende a encuadrar entre aquellos que contribuyeron a la renovación y evolución del western sobre todo por sus tres películas con Anthony Mann y James Stewart.
Antes de entrar en contacto con el cine trabajó en los trabajos más dispares, desde chófer de un gángster a obrero de la construcción del túnel Holland en Manhattan. Su formación como escritor comenzo en el Saturday Evening Post. De allí saldría el serial The Chisholm Trail que daría forma posteriormente a su guión para Río Rojo. Persona de carácter difícil que fue clave en la modernización del género americano por antonomasia, sería definido así por Howard Hawks: "No se contentaba con escribir una historia sino que quería enseñarte cómo habías de dirigirla."Naturalmente su relación con el director de El sueño eterno no fue buena sino todo lo contrario.
Es pues, de vital importancia la aportación de Borden Chase al western. Escribió para Mann y Stewart los guiones de Winchester 73 (1950), Horizontes lejanos (1952) y Tierras lejanas (1955). En ellas el guionista incidía en una inclinación, a veces paranoica, de un antihéroe cegado por el odio, la venganza y las amistades rotas. Según parece, se entendió muy bien con el director de Colorado Jim, aunque éste llegara a decir que "Borden Chase ha sido durante mucho tiempo mi guionista ideal, pero siempre trabajaba demasiado en la misma dirección." Chase diría en una entrevista: "Me gusta trabajar con Mann más que con cualquier otro director", aunque añadió sobre Tierras lejanas que: "Mann respetó fielmente lo que yo había escrito y ningún escritor puede quejarse de que filmen lo que ha escrito... pero yo habría querido más, habría preferido que alguien lo hubiese mejorado. Este es el trabajo de un director, no cambiar las palabras, sino añadirles ese pequeño algo... Pienso que no era justo que yo hubiese ganado 50000 dólares mientras que Mann ganaba 75000 por dirigirla. De la manera que la escribí, yo mismo hubiera podido dirigirla". Pues sí, Hawks tenía razón, y pese a las discrepancias que mantuvieron con el guión de Río Rojo, con este trabajo Borden Chase se consagró en Hollywood como escritor del Oeste con esa historia de rivalidad / camaradería, amor / odio entre dos hombres, Dunson (John Wayne) y Matt (Montgomery Clift). En el guión original el personaje de John Wayne debía morir desangrado tras cruzar el Rio Rojo, pero Hawks dijo: "El Duke no puede morir", y reescribió el final con un epílogo de comedia. Para Chase aquello era basura.
Su relación con Vidor en el magnífico western La pradera sin ley no fue mejor. Firmó también el libreto de otra estimable muestra del género, Veracruz (1954), dirigida por Robert Aldrich.
En la época del boom de la TV a principios de los 60 trabajo escribiendo episodios para las series Bonanza, El Virginiano y Daniel Boone. Pero Chase no solo escribía para películas del Oeste, suyos fueron los excelentes guiones para 3 películas de aventuras marinas: El mundo en sus manos (Raoul Walsh, 1952), Los gavilanes del estrecho (Raoul Walsh, 1953) y Su Majestad de los mares del Sur (Byron Haskin, 1954). En ellas aparecían, como en los westerns, personajes caracterizados por su espíritu aventurero e individualista.
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1 comentario:

David dijo...

Vale... pero aparte de que "quisiera dirigir", lo de Hawks venía por lo del carnero con la flecha que habían dejado los indios y por la pistola de seis balas en fecha equivocada (cosas que son una chorrada, pero que tienen su lógica). Eso venía en el de Hawks on Hawks, pero no me voy a levantar a buscar dónde...
Por otra parte, podría tener problemas en la de La pradera sin ley, pero en otros sitios he leído que quedó contento con la labor de King Vidor (si no fue así, me da igual. Yo sí quedo contento cada vez que veo esa peli).
Tiene unos cuantos clásicos en su haber, la verdad...