La sueca Stina Nordenstam es todavía -y así lo quiere ella- el placer oculto de unos pocos. La suya es una voz aguda y oscura, quebradiza y susurrante, como la de una niña que no quiere crecer. Una voz tan cercana al oido como un secreto. Sus relatos de tristeza, duda y desesperanza son tan íntimos que sabe mal propagarlos. Recomendar a Stina es perder la exclusiva de un amor perfecto.
Te he encontrado por la escalera de los 39 escalones. Me gusta tu blog: biografías, imágenes elegidas cuidadosamete, listas -genial la de los pintores- y otras cosas variopintas pero estupendas (Val Newton p.e.). Te sigo y enlazo. Saludos.
1 comentario:
Te he encontrado por la escalera de los 39 escalones.
Me gusta tu blog: biografías, imágenes elegidas cuidadosamete, listas -genial la de los pintores- y otras cosas variopintas pero estupendas (Val Newton p.e.).
Te sigo y enlazo.
Saludos.
Publicar un comentario