jueves, 30 de julio de 2009

Diálogos de cine: El gatopardo (Lucchino Visconti, 1963)





  • Padre: Buenos días, Excelencia.
  • Príncipe de Salina: Buenos días, Padre.
  • Padre: ¿Su Excelencia viene a confesarse?
  • Príncipe de Salina: ¿Confesarme? Hoy no es sábado.
  • Padre: Excelencia, hágame caso, confiésese.
  • Príncipe de Salina: Padre, no es necesario, ya lo sabe usted todo.
  • Padre: La confesión no consiste en relatar lo ocurrido, sino en arrepentirse.
  • Príncipe de Salina: ¡Lo sé! ¡Lo sé! ¿Qué espera usted de mí? Soy un hombre vigoroso, ¿cómo contentarme con alguien que se santigua antes de abrazarme y que luego dice: "Jesús y María". Tuvimos siete hijos, ¡siete!, y jamás le he visto el ombligo, Padre. ¿Es esto justo, Padre? ¿Lo es? Ella es la pecadora.


miércoles, 29 de julio de 2009

La música del azar: "Un actor mejicano", La Buena Vida.

Los donostiarras La Buena Vida son ya un clásico del pop español hecho con buen gusto, un grupo cuyas influencias se pueden rastrear en las nuevas hornadas del pop nacional. A La Buena Vida hay que acercarse con el corazón en la mano, entrar en su peculiar universo y dejarse llevar por su manera de describir, sin levantar la voz, determinados momentos, ciertos sentimientos, lugares o situaciones evocadoras..

"Un actor mejicano", de su disco Album (Sinnamon Records, 2003), es La Buena Vida en estado puro. Una reivindicación de la inocencia y el escapismo, del hedonismo más naif, del amor en fuga. Sueños cinematográficos para escapar del mundanal ruido. El amor como evasión para mantener intacta la ingenuidad de la primera mirada. ¡Grandes!

lunes, 27 de julio de 2009

MITOMANÍA en color.





















La camisa amarilla de Viena y el pañuelo rojo anudado al cuello resaltan sus colores con el sistema Trucolor. El western deconstruido. Joan Crawford pistola en mano deviene icono de la modernidad.




El ajustado vestido rojo de Marylin Monroe en Niágara ciñendo las voluptuosas curvas de la rubia platino mientras los hombres y mujeres que la rodean la desnudan con la mirada.




El vestido de pieles de Nova, la mujer humana más sexy en un planeta dominado por simios. Charlton Heston hizo de ella su rebelde preferida. Quizás era porque no hablaba.



El conjunto de camisa, chaleco y corbata de Annie Hall. Diane Keaton, de verdadero nombre Diane Hall, era Annie Hall, neoyorkina moderna, liberada, neurótica, y un punto excéntrica.



El jersey de angora rojo de Nasstassja Kinski en París, Texas. Emoción contenida en dos rostros que se miran sin encontrarse. Amores rotos en América retratados por la mirada del mejor Wenders.



La chaqueta de piel de serpiente de Sailor, símbolo de su individualidad y de su fé en la libertad personal. Corazón salvaje y amor sin límites. ¡Vamos a bailar, bicho!



Las bragas blancas y la camiseta de dormir de Nicole Kidman en Eyes Wide Shut, mientras se fuma un porro echándole en cara ciertos asuntos al soso de su esposo Tom Cruise




El conjunto color morado, ajustado y marcador, de John Turturro en la bolera del gran Lebowski. Aparición corta pero impactante, ... y sonada, con el fondo musical de los Gipsy Kings. The King of Bolera.




Los trajes rojos que visten Maggie Cheung y Zhang Ziyi en la lucha en el bosque repleto de voladoras hojas secas en Hero. Belleza coreografiada por la cámara ensimismada de Zhang Yimou











Los vestidos que luce Maggie Cheung, deslumbrantemente cool en Deseando amar. La elegancia en esencia en el Hong-Kong idealizado de los sesenta. El tiempo detenido en los más bellos ralentís del siglo XXI.

miércoles, 22 de julio de 2009

Dirigido por ... MAX OPHÜLS.





"Creo que conozco la razón de que los productores tiendan a
hacerle llorar. Le piden inevitablemente decorados sencillos y planos que no
exijan vías de travelling. Eso es un martirio para el pobre Max que, separado de
su dolly se deja arrastrar por la más profunda de las melancolías. Una vez,
cuando le quitaron su grúa, pensé que no volvería a sonreir nunca"



(James Mason, protagonista de Caught (1948) y Almas desnudas (1949) de Max Ophüls)


La cita puede parecer algo exagerada pero revela a la perfección en qué consistía el estilo Ophüls. Sus movimientos de cámara eran ágiles, elegantes. Sus planos secuencia -frecuentemente utilizando grúas y dollys- se movían entre abigarrados escenarios buscando los aspectos más frágiles y vulnerables de sus personajes. En el cine de Ophüls resultaba primordial el recrear un ambiente en el que mover a sus figuras de ficción. Sin renunciar a los primeros planos, consideraba que para extraer y mantener la emoción a traves de la fluidez interpretativa era indispensable la continuidad en el movimiento de cámara. De ahí su afán por enlazar en lo posible los movimientos de los actores con los de la cámara, casi siempre siguiendo a sus personajes, rechazando el estatismo que según él, hacía del cine simple teatro filmado.


"No era, como se dice, un cineasta esteta, virtuoso y decorativo. No superponía diez u once planos en un sólo movimiento de cámara que atravesaba todo el decorado para que quedara bonito, ni su cámara se desplazaba por las escaleras, a lo largo de las fachadas, por un andén de la estación, a través de las mieses, a fin de epatar. No, Max Ophüls, como su amigo Jean Renoir sacrificaba siempre la técnica a la interpretación de los actores. (...) Ophüls se había dado cuenta de que un actor se olvida de la interpretación teatral cuando se le obliga a un esfuerzo físico: subir escaleras, correr en el campo, bailar durante una toma única."


(François Truffaut)


Su minuciosidad y detallismo en el trabajo le reportaron no pocos problemas ante unos productores alarmados ante lo que consideraban despilfarro de uno o más días preparando un plano de minutos o segundos de duración. Buscando los motivos temáticos recurrentes en sus hermosas películas encontramos algunos de sus referentes: el azar, la unión amorosa como un éxtasis -siempre efímero-, la imposibilidad de alcanzar o mantener el amor ideal, la inestabilidad de las relaciones humanas y sus sentimientos. Fue como Georges Cukor un gran director de actrices. Las mujeres del cine de Ophüls eran damas que debían moverse en un mundo que les oprimía pero en el que tenían que mostrar siempre su cara más amable.


Considerado como francés en su Alemania natal y como austríaco en Francia, país en el que rodó 10 de sus 22 films, Max Ophüls no realizó ninguna de sus películas en Viena pero situó allí la acción de tres de sus obras maestras. Comenzó dirigiendo teatro en la década de los 20 en Alemania, Austria y Suiza, y tras una breve etapa como ayudante de dirección de Anatole Litvak, rueda su primera película en 1931, Die Verliebte Firma. Liebelei (1932), según el drama de Arthur Schnitzler, es su primer éxito. En Italia rueda en 1934 La signora di tutti acerca de una actriz en decadencia en la sociedad decimonónica, en la que esboza el que será su estilo característico. Tras adoptar la nacionalidad francesa rueda en este país Divine (1935) sobre una obra teatral de Colette, Suprema decisión (1939) y De Mayerling a Sarajevo (1940), estas dos interpretadas por Edwige Feuillère, una actriz que representaba el tipo de actriz que tanto gustaba a Ophüls, en la que elegancia y romanticismo iban unidos. Sus orígenes judíos provocan su traslado a Estados Unidos ante el ascenso del nazismo. Allí pasa seis años de esperas y proyectos frustrados. Tras La conquista de un reino (1947), un vehículo a la medida de Douglas Fairbanks jr., dirige la primera de sus obras maestras Carta de una desconocida (1948) ambientada en una Viena recreada en los estudios Universal. El relato se estructura en flashback sobre la carta que Lisa (Joan Fontaine) le envía a Stefan (Louis Jourdan). La película empieza y acaba con la muerte como testigo: al principio en una noche lluviosa en una oscura carroza Stefan discute los detalles del duelo que celebrará al amanecer. El film acaba cuando pocas horas después el mismo Stefan se dirige al lugar del duelo tras haber leido la carta de Lisa y haber dado un vuelco a su vida.


Caught y Almas desnudas, ambas fechadas en 1949 e interpretadas por James Mason, son dos sólidos e interesantes melodramas. A principios de los 50 Ophüls retorna a Francia y allí realiza la mejor parte de su fimografía. Dirige cuatro obras maestras antes de morir de un ataque al corazón. La ronda es otra adaptación de Schnitzler, una película de historias encadenadas y estructura circular en la que las vueltas de un tiovivo simbolizan las que da el amor. Se trata de una inteligente y delicada exploración de las relaciones entre el amor y el deseo llena de melancolía, elegancia y comprensión hacia sus personajes. Le plaisir (1952) es un film de episodios basado en la obra de Maupassant, en el que el drama irrumpe de la forma más natural. Un excelente elenco actoral y una elegante puesta en escena hacen de su visionado un auténtico placer. En Madame de ... (1953) unos pendientes de diamantes símbolo del amor, van pasando de mano en mano por personajes que se debaten entre lo que son realmente y la imagen que deben proyectar ante los demás, una tensión entre sentimientos y poses sociales. Sutil y elegante, mezcla con maestría ligereza y tragedia. El film discurre entre espejos, escaleras circulares, armarios, candelabros, decorados barrocos que quieren expresar el conflicto de unos seres que en todo momento deben sofocar sus sentimientos frente a una sociedad hipócrita. Lola Montes (1955), su última obra, fue mutilada en el momento de su estreno. Es un estudio sobre la interrelación entre la vida y el teatro, la realidad y la ficción.. En la reconstrucción de la vida de la cortesana del Siglo XIX, Ophüls tuvo en mente figuras tan manipuladas y desdichadas como Judy Garland o Rita Hayworth. Dos años después moriría y muchos de sus proyectos quedarían para siempre en el limbo de las películas no realizadas.

lunes, 20 de julio de 2009

Mi desconfiada esposa (Vincente Minnelli, 1957)

Vincente Minnelli reinó en el Olimpo hollywoodiense entre los años 50 y 60 tanto en el musical como en el melodrama y la comedia gracias a suntuosas películas filmadas en Cinemascope, un sistema que utilizó con maestría. Una de esas joyas es Mi desconfiada esposa, comedia acerca de lo que por aquel entonces se llamaba la batalla de los sexos, aunque para Minnelli de lo que se trataba era de una confrontación de ambientes, de decorados, finalmente, un choque entre la violencia asociada a lo masculino y la sofisticación inmanente a lo femenino. Como no podía ser de otra manera, Minnelli resuelve el conflicto poniéndose del lado del arte y el refinamiento. En una de las últimas secuencias coreografiada como si fuera un musical, el bailarín a quien los del mundillo del deporte consideran afeminado, acaba con todos los hampones mediante patadas que son a la vez elegantes movimientos de baile.

Gregory Peck es Mike Hagen, un periodista deportivo. Marilla (Lauren Bacall) es una diseñadora de alta costura. Él es un mujeriego, bebedor, jugador de póker, habituado a tratar con boxeadores sonados, hampones y soplones. A ella le gusta la moda, es elegante, sofisticada y se mueve en un selecto círculo de productores, bailarines, críticos y modelos. Ambos se conocen un fin de semana en un hotel de California, se enamoran, se casan y vuelven a Nueva York a iniciar su vida en común. Mi desconfiada esposa relata el choque frontal entre los dos mundos totalmente divergentes de una pareja enamorada. Esta contraposición entre las distintas concepciones de la vida de los dos protagonistas la traslada Minnelli a la pantalla a través del decorado y de los actores secundarios. Cada miembro de la pareja se desenvuelve en un ambiente distinto y Minnelli gusta de definirlos mediante los decorados en los que se mueven y los personajes con los que se relacionan.

En sus casi dos horas de metraje el trepidante ritmo narrativo apenas decae gracias al ingenio visual del director y al excelente reparto, encabezado por un buen Gregory Peck en un papel que hubiera bordado Cary Grant y una Lauren Bacall a la que le resulta fácil hacer de esposa sofisticada y chic, mientras que en el elenco de secundarios destaca un impagable Mickey Saughnessy como el ex boxeador sonado y protector de Mike, que duerme con los ojos abiertos, lo que da lugar a un excelente gag.

Inspirada, brillante, divertida, Mi desconfiada esposa es una muestra del talento de Vincente Minnelli, por su utilización del formato scope, su elegante puesta en escena, la eficaz mecánica de sus gags, su precisa construcción narrativa y por ser una película decididamente encantadora que hace pasar un gran rato a quien decide dedicarle un tiempo de su vida.

jueves, 16 de julio de 2009

Algunas cosas sobre Maria Bello.




Era una de las chicas que calentaba al personal sirviendo copas y bailando en la barra de la estúpida e infumable El Bar Coyote.



Está conmovedora como la actriz Patricia Olson, la sufrida segunda esposa de Bob Crane en Desenfocado, dirigida por Paul Schrader, biopic del actor televisivo de éxito en los 60, adicto al sexo, las drogas y las cintas de vídeo

En el interesante debut de Wayne Kramer The Cooler Maria Bello lleva a cabo una brillante interpretación como la mujer fuerte, capaz de cambiar la suerte de un infeliz solitario, el gran William H. Macy.



En The Dark, de parecido argumento a El orfanato,Bello es una heroica madre capaz de todo para salvar a su hija de la oscuridad.



Estaba extraordinaria como la esposa de un espléndido Viggo Mortensen en Una historia de violencia. La Bello dotaba de inflamable ambigüedadel papel de una mujer que tiene sentimientos contradictorios al ir descubriendo el oscuro pasado de su marido.



Ha sustituido en el papel de esposa de Brendan Fraser a la gloriosa Rachel Weisz en el último capítulo de la franquicia The Mummy.

Filmografía seleccionada:

1999 Payback (Brian Helgeland)

2000 Bar Coyote (David McNally)

2003 The Cooler (Wayne Kramer)

2004 La ventana secreta (David Koepp)

2005 Asalto al Distrito 13 (Jean-François Richet)

2005 Una historia de violencia (David Cronenberg)

2005 Gracias por fumar (Jason Reitman)

2006 World Trade Center (Oliver Stone)

2008 La Momia: La tumba del Emperador Dragón (Rob Cohen)

miércoles, 15 de julio de 2009

Invisibles DVD. El último foco de resistencia cinematográfico.



Leido en ... miradas de cine (Revista de actualidad y análisis cinematográfico)


Por Ramón Alfonso

El último foco de resistencia cinematográfico.


Hace ahora poco más de un mes afirmábamos rotundamente estar de enhorabuena por que por un film de Arnaud Desplechin, Un cuento de Navidad (Un conte de Noël, 2008), se estrenaba entre nosotros. De esta manera, se rompía una estúpida e incomprensible inapetencia e incompetencia (crónica) de las diferentes distribuidoras para traer a nuestras pantallas los trabajos de uno de los realizadores más sugestivos del país vecino. Obviamente, en estos tiempos (expresión que me doy cuenta cada vez utilizo mas a menudo y posiblemente de forma menos justificada) asegurar que con este estreno casi milagroso pueda romperse la maldición Desplechin en España es cuanto menos dudoso; sin embargo, pequeñas (por momentos casi invisibles), pero a estas alturas, significativas y casi heroicas iniciativas por traer a los cines de España un cine más complejo, más difícil se han dado en los últimos meses; sin ir mas lejos podemos recordar otro título de Mathieu Amalric (uno de los protagonistas de la película de Desplechin) La cuestión humana (La question humaine, Nicolas Klotz, 2007) que a priori parecía condenado al ostracismo por la distribucióbn y que gracias a Intermedio en su estreno como distribuidor cinematográfico pudo llegarnos (sí bien lamentablemente a tan sólo unas cuantas capitales). Precisamente, Intermedio, como distribuidora de DVD, se sitúa, por derecho propio, a la cabeza de ese foco de resistencia en que, voluntaria o involuntariamente, el disco digital se ha transformado en los últimos tiempos, a la hora de luchar/subsanar los imperdonables errores de la distribución fílmica más convencional y/o anquilosada. Entrando en su página web la presentación que de su labor hacen no puede ser mas concreta y modélica “Intermedio inicia su actividad editorial en 2005 con el ánimo de presentar en DVD la obra de algunos de los cineastas más significativos de la historia del cine moderno y contemporáneo”, hermosas palabras que resumen a la perfección ya cuatro años de brillante y arriesgada labor editorial. Me resulta especialmente significativo encontrar en el breve texto Quiénes somos palabras tan bellas y contundentes como resistencia, convencimiento, Inteligencia y sobre todo una máxima que para mi resulta tan atípica (en una distribuidora de cine doméstico) como relevante a la hora de definirse, “nuestras ediciones son una singular invitación para pensar el cine desde la inteligencia y el amor por las imágenes en movimiento”. Pese a que pueda sonar tal vez rimbombante o inclusive absurdo, la existencia de estos románticos altruistas del cinematógrafo se me antoja pareja a la de una suerte de Robin de los bosques que desde su escondrijo en los bosques de Sherwood lucha contra los corruptos poderosos.
En realidad, hace poco mas de cinco años resultaba impensable poder encontrar en las estanterías de cualquier centro comercial las obras de cineastas tan difíciles como Jean-Luc Godard, Theo Angelopoulos o Jiri Menzel; nombres que pese a todo han conseguido de forma mas/menos dolorosa colarse (al menos) en algún momento en nuestras pantallas comerciales; la posibilidad, sin embargo, de poder visionar films de cineastas tan fundamentales como invisibles en España como Jacques Rivette, Chris Marker o Philippe Garrel resulta tan sugestiva como casi increible. Hasta la fecha la única forma de poder acceder a la obra de estos autores era a través de Festivales, despistados pases televisivos a horas cuanto menos intempestivas o esa vía tan malentendida y manipulada como es la descarga de películas a través de la red, polémica opción sobre la que no tardaremos en volver en estas líneas.
Las ediciones de Intermedio poco tienen que envidiar de las excelencias de sus colegas francesas o norteamericanas; a cualquiera de los magníficos cofres que han aparecido en los últimos meses no podrían hacerle sombra, por ejemplo, la excepcional edición de Fantomas (Fantômas - À l’ombre de la guillotine. Louis Feuillade, 1913) a cargo de Gaumont o las obras completas de WC Fields de la mano de Universal. Sería complicado, cuando no imposible, destacar la recuperación/descubrimiento de un cineasta en particular, pero en mi opinión las tres grandes joyas que ahora mismo podemos conseguir gracias a esta distribuidora de Barcelona serían el pack del Groupe Dziga Vertov (indudablemente, la etapa mas radical, controvertida y discutible de Godard), si no me equivoco prácticamente imposible de encontrar, al menos de forma tan completa, en ningún otro lugar del globo; los dos cofres de Theo Angelopoulos, que uniéndose, si la memoria no me traiciona, a las anteriores ediciones de la obra del griego nos llevaría a estar frente a la edición de la filmografía completa del cineasta; por último, no podría olvidar el hermoso cofre dedicado a Pedro Costa, que incluye, lo imposible, dos cortometrajes de Jean-Marie Straub y Danièle Huillet (Il viandante y L´Arrotino, ambos de 2001, surgidos de su magnífico largometraje Sicilia!, 1999), como complemento al hermoso film del portugues sobre el escabullidizo matrimonio. Por el camino me estoy dejando títulos de Joao César Monteiro, Aleksandr Sokurov o Nobuhiro Suwa, sin olvidar, además esa obra maestra que por supuesto jamás llego hasta nuestras pantallas, que posiblemente es uno de los trabajos más importantes que se han filmado en los últimos diez años, y que responde al nombre de Los amantes habituales (Les amants réguliers, Philippe Garrel, 2005); lo que me lleva a pensar, no sin cierto desanimo que tendremos que esperar a una tan ansiada como hipotética edición en DVD para poder visionar La frontière de l´aube (2008), último largometraje del director francés que lamentablemente parece tener todo en contra para interesar mínimante a un distribuidor que lo traiga hasta nuestros circuitos comerciales.
No pretendo hacer un artículo excesivamente enumerativo y releyendo todo lo que he escrito me temo estar cayendo en ello. Tal vez debería intentar esbozar una teoría de que por que el DVD se ha convertido en la única (o casi) manera de visionar los trabajos de los autores mas arriesgados o comprometidos. Quizá debería no dejarme llevar por la emoción de hablar de los films y los autores que amo y centrarme, y una vez mas, como muchos otros, lamentarme de una distribución nacional fílmica tan nimia como incoherente, pero no tengo las respuestas y dudo que en realidad alguien las tenga… Supongo que la cuestión podría llevarse a un extremo simplista y plantearlo de la siguiente forma: “¿Por qué ocupar una sala de cine con una película rara, carne de festival o filmoteca, que siendo generosos aguantará una semana en cartel y que no dejará mas que perdidas en el local que la exhiba?” Podría seguir sobre esta cuestión divagando pero tal y como decía no quiero hacer un texto enumerativo, pero mucho menos un ensayo sobre las lagunas de España en todo lo referente al arte en general y al cine en particular, al menos no ahora, este no es ese artículo. Lo que es importante señalar, que me hace ser optimista, y verdaderamente sentirme tan perplejo como asombrado, después de haber visitado en los últimos años Londres, París, Nueva York o Lisboa, es que paradójicamente en un país que ha tenido tantas carencias fílmicas como España es a día de hoy uno de los mas completos (por no decir el más completo) a la hora de encontrar films (y sigo con la palabra) ‘difíciles’ o (y sigo) ‘invisibles’. Soy incapaz ahora mismo de encontrar otro país (insisto, que yo conozca; fácilmente puedo estar en un error) en el que en cualquier gran superficie puedan (¡¡¡juntos!!!) encontrarse trabajos de Glauber Rocha, Jean Rouch o Bela Tarr.
Sumándose a Intermedio, sería injusto no destacar la labor de Cameo o Sherlock. Los primeros con su interesante colección Initial Series están editando sugestivos cofres con obras de Ken Loach, Carlos Reygadas o el que para mí hasta el momento es el mas iconoclasta, el de la prácticamente filmografía completa de Fernando Arrabal, desigual cineasta (además de poeta, dramaturgo…) español al que en breve se sumará el dedicado al sobrevalorado (pero pese a todo) interesante Jaime Rosales, que incluirá cinco cortometrajes. Por su parte, Sherlock, suma a las ya lejanas ediciones de films de Godard un cofre sobre el que en principio iba a girar este texto, el Integral de Alexander Kluge. El cineasta alemán, autor entre otras de las brillantes Artistas en el circo: perplejos (Die artisten in der zirkuskuppel: ratlos, 1968) o Trabajos ocasionales de una esclava (Gelegenheitsarbeit einer sklavin, 1973), y uno de los nombres mas destacados del Nuevo Cine Alemán, jamás (si la memoria no me falla) había estrenado una película entre nosotros, hasta el punto de que siendo uno de los directores mas notables de su generación todavía a día de hoy no deja de ser virtualmente un desconocido al que fácilmente se despacha como un pseudo-Godard. No quisiera entrar a contar ahora anécdotas de mi vida (vaya, sólo faltaría) pero no me resisto a intentar trasmitir la sorpresa cuando sin haber leído nada sobre la aparición de este cofre lo encontré una mañana típica de cafetería en un centro comercial mas bien tirando a conservador y que sería el último lugar donde esperaría encontrar la obra completa de este autor.
Si ahora hacemos un curioso ejercicio puede ser tan divertido como frustrante, cojamos dos revistas de cine (no digamos nombres, ¿de acuerdo?), ambas nacionales y de importante tirada, una de ellas es la clásica revista oficialista mas conservadora y rancia (que en realidad poco tiene que ver con el cine y mucho con los anuncios de precisamente ese centro comercial del que os hablaba) y la otra, la edición española de un clásico de la crítica francesa (¿he dado demasiadas pistas?); por una parte, observando los estrenos vemos por supuesto que (afortunadamente) las películas a las que una y otra dan importancia no tienen absolutamente nada que ver; por otra, los artículos mas extensos suelen tratar sobre temas o artistas mas bien incompatibles (en una de ellas no es raro que escriban sobre Penélope Cruz como si fuera la gran actriz contemporánea y en la otra podemos leer sobre Philippe Garrel, Arnaud Desplechin o Nobuhiro Suwa), lo divertido (o como decía frustrante) es que una vez mas va a triunfar la visión mas oficialista, los estrenos mas convencionales se sucederán sin ningún problema, todo el mundo sabrá quien es Pe Cruz y que Quentin Tarantino piensa que completar su Inglorius bartards (2009) en unas 40 semanas es toda una hazaña (afirmación que no deja de parecerme cuanto menos tan vehemente como ingenua); así, los notables textos sobre gente invisible seguirán siendo invisibles, los films reseñados continuarán en la clandestinidad y desde esa derrota será de donde surgirá ese llamado foco de resistencia que responde al nombre de DVD que parece estar ya clamando (lamento estar poniéndome melodramático) por todo el mundo. Los fantasmas por fin son tangibles; en Francia se acaban de editar cofres con trabajos de Joris Ivens o Straub-Huillet, como se gritaba en las calles de París, “seamos realistas, pidamos lo imposible”. Una vez más, se intenta clasificar al arte, controlarlo, decidir sobre su vida o no, se intenta oficializarlo y de nuevo desde la clandestinidad, el arte demuestra que realmente está vivo cuando es pisoteado, cuando está entre las sombras. Por eso, ciertas opiniones oficiosas no dejan de parecerme tan risibles como ridículas. Hablemos ahora que estamos finalizando del primer foco de resistencia. A través de diferentes medios se ha intentado demonizar y simplificar al máximo la búsqueda del arte en las sombras. Se han utilizado expresiones como Piratería muy efectistas, muy resultonas, y que en realidad (sin esa pérdida de perspectiva) no están parcialmente lejos de la realidad. Obviamente descargarse de la red un film que va a estrenarse en unos días o que acaba de ser editado en DVD es tan absurdo como ilegal. Por lo menos para mi en este punto no hay discusión. Ahora bien, durante años redes como el eMule han sido, y siguen siendo, la única manera de poder acceder a ciertos trabajos audiovisuales o musicales imposibles de encontrar de otra manera; en muchas ocasiones, los archivos localizados han sido de pésima calidad, en idiomas absolutamente desconocidos y en muchas ocasiones con metraje incompleto; pero insisto ha sido la única forma que el arte (o al menos cierto arte) ha encontrado para poder seguir viviendo, para poder seguir moviéndose. Es muy fácil hablar de la ilegalidad del eMule (seguimos en esta red, pues en definitiva es de los mas conocidos/utilizados), demonizarlo y simplificarlo; para mí es casi una suerte de impresionante biblioteca virtual única en el mundo y toda una puerta que pone al alcance del aficionado obras hasta fecha imposibles de encontrar. El DVD desde la legalidad que tanto necesitan ciertas voces poco a poco toma va tomando el relevo como foco de resistencia (por supuesto no soy tan ingenuo, el copiado de DVD va en aumento, las descargas son cada vez mas frecuentes frente a los precios, etc…) pero la cuestión es que poco a poco el DVD está cubriendo, corrigiendo, todos los (inmensos) huecos que la distribución convencional había dejado. Ahora, todo está en marcha, teniendo en cuenta la delicada situación que atravesamos (continuas noticias sobre la Crisis, nuevas enfermedades, mayor incomunicación) no sería de extrañar que así como de pronto empezó, acabase; hasta entonces, sólo nos queda seguir siendo unos ingenuos que por momentos parecen vivir al margen de todo y soñar y soñar…ahora todo es posible, podremos entonces comprar films de Werner Schroeter, Marcel Hanoun o Roy Andersson con total normalidad como el que adquiere la última película de Brad Pitt? ¿Quién sabe?


lunes, 13 de julio de 2009

Tres días con la familia (Mar Coll, 2009)







Léa (Nausicaa Bonín) viaja a Girona donde su abuelo paterno acaba de fallecer. La muerte del patriarca de los Vich i Carbó fuerza la convivencia entre sus descendientes durante los tres días que dura el ritual del óbito. En el transcurso de este tiempo se observa la interacción familiar, siempre desde el punto de vista de Léa, de un clan burgués y conservador, donde la contención, las apariencias, las jerarquías y la incomunicación lo tiñen todo de hipocresía. Léa realiza en esos tres días con la familia un trayecto tanto físico como emocional, reconociendo y, tal vez aceptando, sus propias contradicciones al contemplar desde fuera las miserias de su familia.

Tres días con la familia es el debut de una joven directora, Mar Coll de apenas 28 años, formada en la ESCAC, y también coguionista junto a Valentina Viso. Una película llena de sutileza en la que se reconoce un naturalismo más propio del cine francés que del español, con un guión que ha sabido llegar hasta lo más íntimo de las almas de los personajes a través de una puesta en escena sobria y contenida y una impresionante dirección de actrices y actores: sorprende la debutante Nausicaa Bonín por su contención y amargura, y no sorprende Eduard Fernández porque es un actor extraordinario. Ambos fueron reconocidos en el pasado Festival de cine español de Málaga, además de Mar Coll que se llevó el premio a la mejor dirección.
Como la propia directora dice "cualquier familia merece una película". Yo añadiría un matiz: hay que saber hacerla , y la joven cineasta catalana ha realizado una gran película sobre una familia, sobre todas las familias.

by Odile

miércoles, 8 de julio de 2009

Te querré siempre (Viaggio in Italia, Roberto Rossellini, 1953)

  • Georges Sanders: Katherine, ¿qué es lo que no funciona? ¿por qué nos torturamos así?
  • Ingrid Bergman: Cuando me dices cosas que me hieren intento hacer lo mismo contigo. Pero ya no puedo seguir así. Tal vez seamos demasiado orgullosos.
  • Georges Sanders: Dime que me quieres.
  • Ingrid Bergman: Si te lo digo, jura que no te aprovecharás.
  • Georges Sanders: Sí, pero quiero oirtelo decir.
  • Ingrid Bergman: Te lo digo: te quiero.

lunes, 6 de julio de 2009

El salario del miedo (Henri-Georges Clouzot, 1953)




La acción se sitúa en un poblacho perdido en algún lugar de Sudamérica llamado Las Piedras. Allí hay poco que hacer, hace mucho calor y todo está bajo el control de la empresa petrolífera norteamericana Southern Oil Company. Durante la primera hora de El salario de el miedo se expone la situación en este lugar donde vegetan los cuatro personajes principales de la función. Es, como dice otro de los vagabundos, una cárcel sin barrotes de la que no pueden escapar al no tener dinero ni trabajo para conseguirlo, y cuya única salida es la carretera -por llamarla de alguna manera- que lleva a los pozos de petróleo.
Mario (Yves Montand) sueña con París, y conserva como un tesoro un billete del metro de Pigalle, mientras pasa el tiempo vagando en el bar y coqueteando con Linda (Vera Clouzot), la criada. El italiano Luigi (Folco Lulli) trabaja de vez en cuando como albañil, y Bimba (Peter van Eyck), de nacionalidad alemana, ejerce de chófer en cuanto sale algún cliente. En una avioneta llega a Las Piedras Jo (Charles Vanel), un viejo gangster francés, que huye de la justicia y queda atrapado en el lugar como los demás.
Una vez expuesta la situación, en la que Clouzot se extiende excesivamente lo que hace que la película supere con creces las dos horas, un suceso hará arrancar la trama propiamente dicha y con ella subirá el interés del film.. Un pozo de petróleo se incendia, hay 13 víctimas y constantes pérdidas económicas para la compañía. Para apagarlo hay que provocar una explosión con nitroglicerina pero los 900 litros necesarios están en Las Piedras. Habrá que transportarla en dos camiones a lo largo de una carretera en muy mal estado. La Southern Oil hace una selección para reclutar a los cuatro desventurados que se jugarán la vida para transportar la peligrosa carga. Es un trabajo bien remunerado, es el salario del miedo. Nuestros cuatro hombres (Mario, Luigi, Bimba y Jo) son finalmente los elegidos e inician la marcha a medianoche. Los conductores se enfrentarán sucesivamente con un firme ondulado que les hace avanzar o muy deprisa o muy despacio para evitar peligrosas vibraciones, con una cerrada curva que les obliga a maniobrar sobre una carcomida plataforma de madera suspendida en el vacío, con una enorme roca caida enmedio de la carretera, y con un enorme socavón inundado de petróleo que hay que cruzar. Todo con el peligro constante de saltar por los aires ante cualquier golpe inesperado.
A Clouzot le interesa sobre todo detallar el comportamiento del individuo ante situaciones límite, cómo evolucionan los personajes durante el trayecto. La aparente indolencia de Mario se transforma en un implacable instinto de supervivencia mientras que la inicial dureza y cinismo de Jo darán paso a una notable cobardía e incapacidad para aboradar las dificultades. La fría indiferencia de Bimba oculta en realidad una fina inteligencia mientras que que el bondadoso y optimista Luigi acabará muriendo con la misma simplicidad con la que ha vivvido.
Destaca en El salario del miedo la brillantez de la puesta en escena de Clouzot y el buen pulso narrativo in crescendo que transmite a la perfección una atmósfera asfixiante, el detallismo con que están captadas todas las dificultades del terreno y las penurias que provocan, todo brillantemente fotografiado en un espléndido blanco y negro obra del operador Armand Thirard.
Los minutos finales son una muestra del talento del director francés. Después de haber entregado la carga y cobrado el dinero como único superviviente de la odisea, Mario emprende el viaje de regreso por el mismo camino hacia Las Piedras. Conduce alocadamente en zig-zag contento por haber salido con vida y por el dinero conseguido. En montaje paralelo en el bar del pueblo los clientes bailan un vals. Entre ellos Linda, enamorada de Mario y feliz por su vuelta, de pronto se desploma desmayada. En el siguiente plano Mario se precipita con su camión por un barranco en una curva cayendo al vacío. El rótulo FIN se superpone al rostro de Mario muerto con el billete de metro de Pigalle en la mano.
El sacrificio de los cuatro hombres sólo ha servido a la compañía petrolera y a nadie le importará que hayan muerto en el intento, puesto que han cumplido la tarea para la que fueron contratados a cambio del salario del miedo.

jueves, 2 de julio de 2009

Tran Nu Yen Khe.









Filmografía seleccionada:
1993 El olor de la papaya verde (Tran Anh Hung)
1995 Cyclo (Tran Anh Hung)
2000 Pleno verano (Tran Anh Hung)
2009 I Come with the Rain (Tran Ahn Hung)