- Padre: Buenos días, Excelencia.
- Príncipe de Salina: Buenos días, Padre.
- Padre: ¿Su Excelencia viene a confesarse?
- Príncipe de Salina: ¿Confesarme? Hoy no es sábado.
- Padre: Excelencia, hágame caso, confiésese.
- Príncipe de Salina: Padre, no es necesario, ya lo sabe usted todo.
- Padre: La confesión no consiste en relatar lo ocurrido, sino en arrepentirse.
- Príncipe de Salina: ¡Lo sé! ¡Lo sé! ¿Qué espera usted de mí? Soy un hombre vigoroso, ¿cómo contentarme con alguien que se santigua antes de abrazarme y que luego dice: "Jesús y María". Tuvimos siete hijos, ¡siete!, y jamás le he visto el ombligo, Padre. ¿Es esto justo, Padre? ¿Lo es? Ella es la pecadora.
jueves, 30 de julio de 2009
Diálogos de cine: El gatopardo (Lucchino Visconti, 1963)
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1 comentario:
Gran película, sí señor!
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