domingo, 22 de agosto de 2010

Dirigido por ... Richard Brooks.




Todos mis films cuentan la misma historia,
la de un hombre que busca su dignidad
y los medios que emplea para acceder a ella.

Richard Brooks



Periodista, novelista, colaborador de Orson Welles en la radio, guionista, Richard Brooks fue un todoterreno que realizó, entre 1950 y 1985, 24 películas, en las que supo, sin estar fuera del sistema y a pesar de los frecuentes choques que tuvo con la industria, mantener un nivel de calidad y una línea de independencia y coherencia en la expresión de su personal visión del mundo.
Empezó como guionista antes de dirigir, con exóticas fantasías de aventuras en technicolor como La salvaje blanca (Arthur Lubin, 1943) y La Reina de Cobra (Robert Siodmak, 1944). De ahí pasó a firmar los guiones de magníficos ejemplos del cine negro de la época: la maravillosa Forajidos (Robert siodmak, 1946), Fuerza bruta (Jules Dassin, 1947) y Encrucijada de odios (Edward Dmytrik, 1947) -las 3 bajo la sombra del productor Mark Hellinger-. En esta última Brooks adaptaba su primera novela. Trabajó también para otros guionistas que se habían pasado antes que él a la dirección: Delmer Daves en To the Victor (1948) y John Huston en Cayo Largo (1948)

Debutó como director con el padrinazgo de Cary Grant en Crisis (1950). Deadline USA (1953) es un reivindicativo thriller periodístico protagonizado por Humphrey Bogart, en el que Brooks hace una proclama en favor de la libertad de expresión, coartada por los intereses económicos en una sociedad capitalista en la que la corrupción está a la orden del día. Esta notable película era su particular homenaje al oficio de periodista que tan bien conocía.

Richard Brooks estuvo 11 años como asalariado para la Metro y como tal se vió obligado a hacer algunas cintas de género. Así, en 1953 se le encargan 2 films de intención propagandística para la guerra de Corea: Battle Circus y Take the High Ground. La primera, de nuevo con Bogart y con guión propio, podría verse como un antecedente del MASH de Altman, pues trataba de las unidades móviles sanitarias (MASH en inglés). En ella sobraba una forzada historia de amor, seguramente impuesta por el estudio. En la segunda, Brooks se vale de su experiencia en sus años de marine para hacer una crónica realista de la instrucción de los futuros soldados de infantería en manos del tópico sargento de hierro (Richard Widmark).

Un año después adapta a Scott Fitzgerald -en la que será la 1ª de sus traslaciones a la pantalla de obras de grandes novelistas y dramaturgos- en La última vez que ví París. estamos en los días de la liberación de París por los aliados. Van Johnson es un periodista aspirante a escritor que tiene una historia de amor con una sufriente Liz Taylor. La película no puede escapar a los tópicos establecidos por Hollywood sobre americanos en París, pero desprende una poderosa melancolía.

Semilla de maldad (1955) supone su primer éxito importante. Se trata de un acercamiento, entre realista y moralista, a la problemática de la delincuencia juvenil en las calles de los barrios pobres de Nueva York. Para Brooks la sociedad es la culpable de la situación al ignorar los problemas y sólo estar preparada para reprimirlos.


El fuego y la palabra (1960) es un excelente melodrama, para mí la cima de la filmografia de Richard Brooks. La película, que adapta la novela de sinclair Lewis, cuenta la historia de un predicador en una pequeña comunidad de los EEUU en los años 20 que utiliza la religión como negocio. Brooks equilibra con maestría la denuncia de la religión como espéctaculo y la tensión dramática argumental. Una película que se beneficia además de unas grandes interpretaciones: sensacional Burt Lancaster e impecables Shirley Jones y Jean Simmons.
Tenneessee Williams estaba encantado con la dirección de actores de Brooks así que no tuvo el menor problema a la hora de elegirle para que llevase a la pantalla otro de sus dramas, Dulce pájaro de juventud (1962), con el mismo reparto de Broadway: de nuevo Newman acompañado esta vez por una madura Graldine Page. El film cuenta la relación entre un joven aspirante a actor que retorna a su pueblo natal acompañado de su "protectora", una diva en crisis, alcoholizada y olvidada. Como en La gata sobre el tejado de zinc los aspectos más controvertidos del texto original fueron suavizados. Drama amargo sobre personajes atrapados y asfixiados por un entorno castrador que Brooks filma con su habitual buen oficio. Con Lord Jim (1964) consiguió salvar la enorme dificulta de adaptar a Joseph Conrad. Los profesionales (1966) es una magistral película, un atípico western con buenas escenas de acción y estupendos diálogos. Un film sobre los dilemas morales, los ideales, el fin de las revoluciones, la lucha de clases y las causas perdidas. Al año siguiente estrenó una modélica versión fílmica de A sangre fría, la obra maestra de Truman Capote. En 1969, con su esposa Jean Simmons como protagonista, Brooks rodó una película íntimamente dolorosa, Con los ojos cerrados, sensible y pesimista relato de una crisis matrimonial con tintes autobiográficos: él en esos momentos estaba en trámites de divorcio.
Con la escepción de Muerde la bala (1975), un western áspero, violento y realista, sus trabajos en los años 70 -un thriller cínico y desigual, Dólares (1971) y la tremendista Buscando al Sr. Goodbar (1977)- no añadieron nada bueno a su filmografía. Tras una mediocre y disparatada sátira política, Objetivo mortal fechada en 1981 se despidió del cine con Fever Pitch (1985) una aproximación al mundo de los adictos al juego que pasó sin pena ni gloria. El descalabro comercial de sus dos últimas películas en las que ejerció de productor le supusieron un debacle económico del que no se recuperó. Moriría un 11 de marzo de 1992 en Beverly Hills de un paro cardíaco.

2 comentarios:

David dijo...

No recordaba que La última vez que vi Paris fuera suya. Lo más bonito de la película era Liz Taylor (muy mona). El fuego y la palabra me encanta. Es una estupenda película.
Y jo! que si fueron suavizados los aspectos de Dulce pájaro de juventud (la tendré que revisitar algún día...por ahí anda)... de castración a desfiguración hay un trecho.
Pero todavía no he visto ni Lord Jim ni A sangre fría (esta a trozos y siempre empezada, cachis).
Y sí, Los profesionales está muy bien. Luego voy a ver tu enlace.
Sus últimas pelis no las he visto (con la excepción de Muerde la bala), y no sabía que las cosas se le hubieran puesto tan mal al final. Una pena. Tiene unas cuantas pelis buenas, desde luego. Y de las que he visto suyas me quedo con El fuego y la palabra, aunque creo que su adaptación de A sangre fría también debe estar muy bien.
Un saludo.

Bargalloneta dijo...

me encantan estos post con tanta documentación cinematográfica.
gràcias