jueves, 11 de marzo de 2010

Romy Schneider. Lo importante es amar.



Fotos de Giancarlo Botti, París, 1974








De ojos tristes, brillantes y enigmáticos, Romy Schneider poseía un encanto especial al que era difícil resistirse. De la jovencita empalagosa y cursi, niña prodigio del cine alemán con la serie de películas sobre Sissí, pasó a convertirse, en una espectacular metamorfosis, en una de las más fascinantes mujeres del cine europeo. La que empezó siendo una princesa de máscara permanente, de brillo internacional y desorbitada fama, luchó denodadamente después para cambiar aquella imagen que otros habían construido de sí misma. Y supo convertirse en una actriz capaz de interpretar a mujeres de verdad. Además de una belleza cautivadora fue una actriz de gran sensibilidad, que mereció mejores películas que las que le ofrecieron.

La nueva Romy otorgaba a sus personajes (generalmente burguesas, con heridas en el alma) un desgarro interior, una tristeza, que parecía provenir de su propia, y problemática, experiencia afectiva. En una entrevista afirmó: Soy una mujer desgraciada porque confundo la vida con las películas, o, Siempre me lo juego todo, llevo las cosas hasta las últimas consecuencias, me entrego y amo con todo mi corazón.

En 1981 su hijo de 14 años murió en un terrible y absurdo accidente. Romy nunca lo superó. Al año siguiente la encontraron muerta una mañana en su apartamento de París. Oficialmente se trataba de un paro cardíaco, aunque los rumores de suicidio se dejaron oir al recordar la depresión en la que estuvo sumida en sus últimos meses. Sus más allegados dijeron que sencillamente murió de pena.






1 comentario:

David dijo...

Recuerdo lo del accidente de su hijo. Se llamaba como yo, y mi madre, que es fan de la saga de Sissi se ponía de los nervios cada vez que trepaba siendo crío por alguna valla con puntas...
Y supongo que me fallara la memoria y no sé de dónde tengo o recreo esa imagen... pero recuerdo también "ver" en alguna revista del corazón las fotos de cómo separaban el cádaver del niño de la valla. Pero sería mi imaginación, no es posible que publicaran esas fotos. Igual fue sólo la de las rejas y la imaginación hizo el resto.